Coronavirus y recesión. Esta vez NO es diferente.

Genaro Compañ—

No soy muy de publicar, principalmente porque prefiero el ‘’cara a cara’’ con mis clientes, aunque el mundo es cambiante y con las tecnologías hay que adaptarse. Creo que la ocasión merece que dé mi punto de vista, ya que para esto servirá mi muro, digo yo.
No diré cosas nuevas para muchos, solo daré un punto de vista más, con ejemplos y datos que nos puedan ayudar estos días. Intentaré ser lo más breve posible:
La historia nunca se repite pero siempre rima. Y en los mercados rima y mucho. Las bajadas en los últimos días se dan por la situación particular actual, de acuerdo, pero generan lo de siempre: incertidumbre.
¿Y cuándo han sido las veces parecidas de desabastecimiento internacional, confusión, poco comercio mundial y disminución de la circulación de bienes, capital y personas, tal y como hoy se menciona?
Pongámonos pues, en los casos de las guerras mundiales por ejemplo, ya que creo que esos puntos riman mucho también.
Alguno pensará que soy un exagerado (y sí), pero prefiero ponerme en lo peor en los planes financieros y lo que venga de más… pues eso que ya tenemos.
Comparemos que pasó en esos dos momentos cruciales para ver que podíamos hacer en aquellos momentos, y si lo podríamos hacer hoy en día.
En la primera guerra mundial, al principio con la confusión de lo que iba a pasar bajó drásticamente todo y se cerró el mercado en Nueva York, fue su mayor parón y cierre de la historia (no fueron 15 minutos como ayer 9 de marzo de 2020, ni días como el 11 de septiembre de 2011, sino cerró meses).
(Nota: Hablaré del Dow Jones ya que el SP500 no estaba ni la versión antigua de este, el SP100).
Incertidumbre total entonces, luego la expectativa fue que USA sería quien tendría que suministrar y fabricar para la contienda lo que disparó con una subida del 100% los siguientes meses tras abrir la bolsa, el día de apertura subió un 5%. Cuando USA entró en la guerra bajo el mercado para luego subir mucho cuando se empezó a vislumbrar el final de la gran guerra. Y tras la guerra siguió subiendo durante 10 años más muchísimo (dará para otro artículo lo que pasó después).
En el segundo caso, en cambio, poco antes de la segunda guerra mundial 1939-1945 (no voy a entrar mucho en la historia, aunque me ha interesado siempre estos dos casos) empezaron las tensiones: Japón invadió China en 1937 y de hecho Alemania ya consiguió territorios y más antes de la invasión de Polonia de septiembre del 39.
Así que cuando se crispó el ambiente, cambiaron las expectativas, el mercado empezó a bajar (el máximo que tenía el Dow Jones antes de la guerra fue de 192 puntos en 1937). Comenzó a bajar y en septiembre del 39, iniciada la guerra, siguió bajando, a diferencia de en la primera guerra mundial, que se entendió que ser el suministrador de la guerra era positivo. No descendió más de un -35% desde el inicio (Incluso con Perl Harbour, la entrada oficial de USA en la guerra en diciembre de 1941).
Fue en abril de 1942 donde tuvo su punto más bajo valiendo el Dow 92,92 puntos (desde el último máximo de 1937 es una bajada de 52%) y a partir de ahí comenzó a escalar justo cuando cambiaron las expectativas de que los aliados empezaban, por fin, a cambiar el curso de los acontecimientos y poco a poco ganar el pulso al eje en la guerra.
Y, como el resto es historia resumo: siguió subiendo hasta los 500 puntos en 1956, una subida en estos 14 años siguientes de más de un 400% (hay que destacar que no fue tampoco un camino de rosas, con una recesión al terminar la guerra, con la guerra de Corea por medio y ya iniciada la guerra fría con sus pruebas nucleares).
La conclusión a la que quiero llegar es que en ambos casos fue impredecible. Porque las expectativas no se pueden saber cuándo cambiarán, y estas son lo que hace moverse al mercado, hasta que no cambiaron las expectativas la bolsa no subió, y en los dos casos fue diferente.
La pregunta es: ¿Habría alguna estrategia para ganar en ambos casos tan distintos? ¿Se podría extrapolar al presente?
Pues sí, habría que hacer caso a quien enseñó a Warren Buffet y este era Benjamin Graham, padre del Value Investing señalan muchos.
Él nos hubiera recomendado el ir entrando en el mercado poco a poco, con aportaciones constantes comprando más de manera automática a medida que baja el precio (con el mismo importe si baja el precio puedes comprar más - Estrategia del Dollar Cost Average).
Y es que como dice su discípulo el oráculo de Omaha: no me preguntes que hará la bolsa de aquí a un año, pregúntame de aquí a 10 años.
Y esta estrategia ha funcionado en estos casos que señalo y en todas las bajadas fuertes de mercado.
Esto es lo que saben mis compañeros, y no solo los compañeros de España, sino de toda Europa, y cualquier buen asesor que se precie, solo hay que ver sus publicaciones.
Porque es una estrategia que se trabaja desde hace muchísimas décadas, no es nada nuevo. Y sabemos que hay que repetirlo una vez más ahora a los clientes, porque en otros lados no tienen respuestas: la importancia del ser autónomo, poder estar al lado de tus clientes y poder acompañarles marca la diferencia.
Yo NO sé cuándo cambiará la mencionada expectativa, y nadie lo sabe, quizás sea una vacuna en 3 meses, o el fin de la recesión tras cinco trimestres en negativo, no lo sé.
Lo que sí sé es que quien consiga hacer aportaciones en el mercado e ir comprando ahora hasta que la expectativa cambie habrá cosechado muy bien y recogerá frutos increíbles con los años, solo con los años como dice Buffet.
Esta vez no es una guerra entre la humanidad, y ni en aquel caso fue el fin del mundo, ni será en este.
Pánico o incertidumbre, de acuerdo sí como siempre. Pero esta vez no es diferente:
Aportaciones, diversificación, asesoramiento y largo plazo.